domingo, 1 de noviembre de 2009

Soneto nº XIV


Hoy la búsqueda es un poquito más difícil En algún lugar del cuadro está escondida una pequeña fotografía de mi amiga chilena Andrea.

Para terminar de momento la serie de sonetos de amor pongo hoy el soneto XIV en el que canta a su amada Matilde Urrutia a quien cariñosamente llamaba Chascona por lo enmarañado de su cabello. Precisamente así llamó Neruda a su casa de Santiago.
La imagen que ilustra la entrada es un regalo de mi hija Sara en cuya elaboración ha gastado algunas horas. Dedico pues el soneto a mi hija aunque su cabello no es tan enmarañado como el de Matilde.

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